Historia económica contemporánea en cifras
tozudas
¿Cuándo
se jodió España?
Aunque la mayoría prefiera las ilusiones
falsas a la realidad, España se desliza hacia un
desastre económico y social sin precedentes, cuyo
momento culminante será la quiebra de las cuentas
públicas, a partir de la cual nos espera, en
palabras del economista jefe de Bloomberg para Europa,
“un largo valle de sombras”, donde van a hacer agua
todas las grandes conquistas sociales de los últimos 50
años, desde la clase media, al sistema de pensiones,
pasando por sistema nacional de salud y las prestaciones
a los parados. Es evidente que la incompetencia
oceánica, el sectarismo radical, y la carencia absoluta
de sentido del Estado de José Luis Rodríguez Zapatero
han acelerado el proceso, pero no es el único culpable.
Nuestra ruina comenzó mucho
antes.
Y entonces, ¿cuándo se jodió
España? El origen es claro e
inequívoco: el pactismo, la frivolidad y la
mediocridad de los padres de la
Transición,
plasmados en la locura colectiva del ‘café para
todos’, que dio paso a un modelo de Estado
económica y políticamente inviable, en el que se
inventaron 17 autonomías, contrarias en su
mayoría a la realidad histórica y objetiva de España; a
una partitocracia totalitaria que impide
la separación de poderes y somete al Ejecutivo el resto de poderes
del Estado [a pesar de que el marco teórico es ahora de
democracia liberal]; y a un sistema
electoral no representativo de listas cerradas, que prima a las
minorías nacionalistas, y permite a las oligarquías
partidistas, confiscar la soberanía nacional y
expoliar a los ciudadanos sin que estos tengan
posibilidad de defenderse.
Lo que la Transición heredó y
destruyó.
El periodo 1959-1975 fue el de mayor
crecimiento económico de nuestra
Historia, y
con el mejor reparto de la riqueza creada jamás
conseguido. En solo unos años, un reducido grupo de
economistas, sin más ayuda que su inteligencia,
convertirían un país atrasado en un país industrial
[décima potencia
industrial del
mundo]. La cifra
clave para demostrar ésta afirmación es el grado de
convergencia con el grupo de nueve países que entonces
constituían la CEE. De un 58,3%
del PIB per cápita español en porcentaje del PIB medio
de estos nueve países en 1959, pasaría al 81,4% en
1975, el mayor nivel de convergencia jamás
alcanzado. Y
en cuanto al reparto de la riqueza creada, la parte del trabajo alcanzaría el 56% del
PIB, frente al 45% hoy, y un
cambio social sin precedentes, la clase
media pasaría del 19,8% en 1935 al 45,3% en
1975.
Pues bien, el desastre de la Transición [VER NOTA
MIA AL FINAL], hundiría la convergencia hasta el 70,8%
en 1985, y 32 años después, en 2007, el año de máxima
convergencia posterior, no había podido superar la cifra
de 1975, es decir, sería el 78,6% de los nueve países
centrales, y probablemente no lo superará tampoco en los
próximos 32 años. Por supuesto hemos crecido en
riqueza absoluta, todo el mundo lo ha hecho, pero sólo
la convergencia, el crecer más que los demás, permite
valorar la realidad.
En cifras absolutas, el colapso fue tal que de
un crecimiento del 7,5% en el periodo 60-75, pasaríamos
al 0,8% en 1975-85; el paro del 6% en 1974 al 36% en
1977; la inflación del 7% al 44% a mediados del 77, y la
deuda externa superaría en tres veces las reservas del
BdE. En solo dos años colocarían España al borde del
colapso, evitado “in extremis” por Fuentes Quintana con
los Pactos de la Moncloa, que dimitiría poco después por
la irresponsabilidad de Oliart, siempre al servicio del
poder, opuesto a racionalizar el sistema eléctrico. Otra
cifra representativa: en 1975, España e Irlanda
tenían la misma renta per cápita, 10.000 dólares. Hoy
incluso con la crisis, la de Irlanda es un 40% superior
a la española y la segunda de la
UE.
La época de Aznar
No es posible en tan breve espacio mencionar
siquiera muchos hechos clave y, para centrar las
cuestiones de hoy, tengo que prescindir de Felipe
González, una persona llena de luces y sombras, con gran
sentido del Estado al contrario que Zapatero,
pero que en lo económico cometió errores
esenciales, la negociación de entrada en la UE por
unas prisas que, aunque comprensibles, fue un
desastre para España. Hubiéramos entrado igual sin ceder
nada, como también fue un desastre la reconversión
industrial, y la utilización de los excedentes de la
Seguridad Social para financiar al Estado, 220.000
millones de euros entre 1982-96. En 1996,
Solbes, un funcionario sin ideas y poco trabajador,
dejaría España sumida en una grave crisis y el Estado
casi quebrado.
Fue la hora de Aznar, que se encontraba en el
sitio adecuado en el momento adecuado, unos cuantos
tijeretazos al gasto, pero sobre todo la venta de las
joyas de la corona, la privatización de las grandes
empresas públicas, le permiten ordenar las cuentas y
entrar en el euro, y a partir de ahí el ciclo alcista de
la economía mundial nos llevaría en
volandas:
crédito ilimitado, bajos tipos de interés, y el inicio
del boom inmobiliario garantizarían un crecimiento muy
rápido. Por eso, cuando uno oye hoy al PP decir
que ellos sacaron a España de una crisis y que lo
volverán a hacer, uno no sabe si reírse o llorar, hasta
Bibiana Aído hubiera pasado por un genio de las
finanzas. Tanto es así que los dos mayores inútiles
de nuestra historia económica, Solbes y Zapatero,
consiguieron sin despeinarse crecimientos mayores aún en
la parte final del ciclo
alcista.
¿Supieron Aznar y su equipo gestionar la riqueza
y la mayoría absoluta, y tomar las decisiones esenciales
para garantizar un crecimiento sostenible y regenerar
España? La respuesta es un no rotundo. Los defectos estructurales
fueron tapados por la burbuja inmobiliaria, y no sólo no
se abordaron, sino que resultaron amplificados y
consolidados. El desbarajuste autonómico, en vez de
ordenarse y limitarse, creció sin freno, y hasta el
cupo vasco, en una negociación errónea y disparatada del
ministro Rato, quedó reducido a menos de la mitad de lo
que correspondía. Los monopolios públicos con precios
regulados pasarían a monopolios privados con precios
libres. Ni contención del empleo público, ni reforma
del mercado de trabajo, ni reformas estructurales, ni
nada de nada. Y en cuanto a regenerar España, ni
siquiera lo intentaron, y hoy el PP con un líder sin
convicciones, pusilánime e incapaz se encuentran en
proceso de degeneración
acelerado.
La época de Zapatero
El programa con el que Zapatero ganó las
elecciones era correcto. Señalaba los problemas y
abogaba por el cambio de un modelo económico
insostenible.
Pero una vez en el poder, un Solbes abúlico y sin
ganas de meterse en problemas, que por otra parte
desconocía, veía cómo la economía crecía sin saber por
qué, mientras sesteaba y hacia sudokus, pero le daba
igual, como el que la desigualdad creciera
exponencialmente y el 10% más rico se apropiara del 70%
de la riqueza; y no digamos Zapatero, dedicado a
tiempo completo a la involución de España, a enfrentar a
los españoles, a fomentar la homosexualidad y el aborto,
al ataque sin tregua al cristianismo utilizando para
ello el islamismo que aspira reconquistar Al-Andalus, a
destruir el sistema de enseñanza pública que ha
dejado de ser el ascensor social que fue en el
pasado, y a la liquidación, en suma, de la nación
española, “algo discutido y discutible”.
Pero como era obvio, todo ha llegado a su
fin, acelerado por la crisis mundial y por la
delirante reacción de Zapatero ante la misma. Primero
negó la crisis, después que estamos a punto de salir de
ella, y su estrategia actual entra en el terreno de la
demencia: para retomar el crecimiento, la chapuza
de Zurbano y el cochecito eléctrico; para arreglar el
déficit, acuerdo de austeridad con las CCAA, en 1.975
millones de euros, lo que gastan en cafés; para ocultar
la quiebra de bancos y cajas, modificación de la Ley del
Suelo; para ocultar la quiebra de las grandes
constructoras y el hundimiento de la inversión pública,
plan de infraestructuras absurdo, el 70% se invertirá en
líneas AVE, una ruina económica y solo unos miles
empleos en su construcción, e hipotecando al Estado
durante 30 años en condiciones leoninas. ¡Eso sí que
es dinero de verdad y no el de los chorizos de medio
pelo de Gürtel!
Y así las cosas, los indicadores de oferta,
consumo de las familias y mercado laboral del primer
trimestre, en lugar de estabilizarse, muestran nuevos
retrocesos, y en julio se culminará la mayor subida de
impuestos de nuestra historia, cuyo efecto negativo
sobre el PIB, como demuestran la evidencia empírica y
los modelos teóricos, será tres veces mayor consecuencia
del multiplicador -¿sabrá la Sra. Salgado qué es eso?–,
lo que nos hundirá de nuevo en una profunda recesión,
que ya no podremos arreglar emitiendo más deuda o
con menores tipos de interés. En
unos meses estaremos como Grecia, pero
con el doble de tasa de paro, más del doble de
funcionarios por mil habitantes, el sistema financiero
quebrado y unas cuentas públicas
desbocadas, un 70% fuera del control
del gobierno. Da igual lo que digan el gobierno y
sus secuaces, o que muchos cierren los ojos esperando un
milagro. No habrá milagro alguno. El futuro llegará
inexorable, mientras la mayoría silenciosa está más
silenciosa que nunca, contemplando cómo destruyen su
futuro, el de sus hijos y el de las próximas
generaciones.
Roberto Centeno -
12/04/2010
http://www.cotizalia.com/disparate-economico/cuando-jodio-espana-20100412.html
NOTA MIA:
Aunque entiendo que los datos son básicamente
verídicos, estimo que el desastre económico de los
comienzos del nuevo período sobrevenido tras la muerte
del dictador en 1975 tiene sus raíces en la debilidad
con que se afrontó la crisis del petróleo de 1973 en un
momento en que se apuntaba el final controlado del
régimen, cuando éste aspiraba a convertirse en potencia
nuclear (como Irán hoy). Ese mismo año, por ejemplo,
se produjo el asesinato controlado del primer ministro
de su gobierno, Carrero Blanco (digo controlado porque
pude comprobar que, estando yo cumpliendo mi servicio
militar en el regimiento de infantería mecanizada
“Lepanto 2” de Córdoba, se nos permitió a mediodía –a
quienes no teníamos servicio de tarde-
ir a nuestros domicilios como de
costumbre para volver en la madrugada siguiente; esto no
me lo ha contado nadie sino que lo viví yo.
Se supo pues desde el comienzo que ETA sólo fue
la ejecutora material del asesinato; y se
actuó en consecuencia).
La multiplicación por cuatro del precio del
petróleo en dos meses, a finales de 1973, tuvo una serie
de consecuencias desfavorables para la economía del
país. Así se encontraba el
país en 1977:
- España importaba
un 66% de la energía que utilizaba, por lo que la crisis
de 1973 no le afecto mucho, los últimos gobiernos
franquistas no tomaron medidas especiales para
contrarrestar la situación ante la subida del petróleo.
Rodríguez Zapatero tiene “ilustres” precedentes al
no tomar en serio la crisis por motivos
coyunturales.
- Tenía series
dificultades para mantener los intercambios con el
exterior y perdía 100 millones de dólares diarios de
reservas exteriores.
- Entre 1973-1977
la deuda exterior ascendió a 14.000 millones de dólares,
lo que representaba un importe superior al triple de las
reservas de oro y divisas del Banco de
España.
- Las empresas
tuvieron deudas de centenares de miles de millones de
pesetas-
- La inflación
subió.
- El paro empezó
su largo crecimiento: ya se situó en 900.000
personas.
- Se tardó veinte
años en superar el bache, y a un costo muy
elevado.
En las situaciones de debilidad interna es
cuando se echan de menos a los grandes personajes, pero
es evidente que, normalmente, estos no se crean de la
nada en laboratorio. Aunque éste sea alemán, como en
el caso de F. González. No es pues una cuestión de dictadura
o democracia, sino de gestión económica, que es lo que
en este momento
considero.
Saludos